El logotipo de Google, que no es otro que su propio nombre en diferentes colores, ha ido variando en tipografía a medida que han ido pasando los años, adaptándose a las nuevas modas y creando siempre una imagen muy fiel a su estilo pero también muy fresca dependiendo de la época. Pero, si hay algo que no ha evolucionado en absoluto, son los colores que lo forman. Su origen es bastante curioso, ya que los creadores de Google necesitaron crear un servidor propio a base de piezas de Lego, es por ello que decidieron dotar a su logotipo de los colores del juego que tanto les había ayudado a formar lo que consiguieron.
Estamos hablando de colores muy simples, los 4 colores más conocidos: el amarillo, el azul, el verde y el rojo. Estos colores transmiten alegría, ya que son colores muy vivos, tal vez con un punto infantil. Además, el logotipo de Google consigue aunar gracias a ellos las virtudes que expresan estos 4 tonos. El verde transmite la esperanza y el crecimiento (algo que, obviamente, Google no deja de hacer), el color rojo transmite la fuerza y la pasión, el amarillo la energía, la inteligencia y la felicidad más pura, y, por último, el color azul nos traslada a la frescura, la confianza y la verdad. Sin duda, la casualidad hizo que, fijándose en un juego infantil, los creadores de Google acertaran con la creación de su logotipo, un logotipo de una simpleza enorme pero que desde hace años es imposible que pase desapercibido para nadie.