Muchos niños tienen problemas con determinados alimentos, sobre todo hasta la edad de 10 años, esto suele deberse al miedo a probar cosas nuevas, (hasta ahí nada raro, a todos nos pasa alguna vez), y la solución suele pasar por unas horas al día insistiendo ante el plato, con el rechazo que esto provocará en el niño más adelante ante la sola idea de sentarse a la mesa.
Ante este tipo de situación, lo ideal es utilizar lo que sabemos que le gusta y utilizarlo para acomodar lo que aún no conoce.
Por ejemplo, fijémonos en qué golosinas prefiere, y utilicemos el color de estas (que es la característica más evidente), en la comida del niño, generalmente suele ser el rojo, así que para este ejemplo usaremos este color, añadiendo al plato de pechuga con verduras, unas láminas de tomate y pimiento rojo, o incluso rellenando el pimiento con el resto de la comida.
Esto asociará la comida con algo que ya disfruta, haciendo mucho mas fácil evitar el rechazo al integrar alimentos nuevos a su dieta.
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Artículo publicado por: Javier Hervás, parte del equipo de illusion Studio.