Lo primero que percibimos al ver una copa de vino es su aspecto, su color, la intensidad del mismo, la transparencia o el brillo. Y es que gracias al color del vino podemos deducir su cuerpo, su edad, su estado de conservación e incluso podríamos predecir algún defecto que tuviera antes de degustarlo.
¿Cómo podríamos saber que edad tiene el vino que nos estamos bebiendo? Por el color. Cuanto mayor sea la diferencia entre el color del vino en el borde frente al color del vino en el centro de la copa, mayor será la edad del vino.
A pesar de que cada uva tenga una coloración distinta, cuanto más oscuro sea el vino, mayor sera el grado de maduración de la uva. La intensidad cromática podrá ir desde el rojo violeta hasta el rojo teja, pasando por distintas tonalidades de rojo.
En conclusión, son muchos los detalles que podemos conocer acerca del vino a través del color del mismo, solo tenemos que saber apreciarlos.
Fuente: turisteca20.blogspot.com,acenología.com y abcblogs.abc.es