A menudo nos encontramos ante dilemas sobre el color de las paredes de nuestro hogar, al igual que ocurre cuando se decide redecorar la oficina o el espacio de trabajo. Los diferentes compañeros son quienes empiezan a deliberar el color que elegirán para pintar las paredes de su lugar de trabajo, aunque la mayoría de las veces lo harán pensando en sus propios gustos más que en lo que este color les va a transmitir y les va a inspirar mientras trabajen. Pero, aunque las paredes sean el elemento más vistoso de toda la oficina, debemos tener en cuenta que tanto el mobiliario como la decoración deben ir acordes al color elegido.
Un color para cada tipo de trabajo
- Si el trabajo es un despacho de abogados, una oficina de contabilidad o una asesoría, lo perfecto es mantener la calma, por lo que optaremos siempre por el color azul, que inspira tranquilidad y a su vez confianza. Tanto quienes allí trabajen como los clientes que acudan en busca de soluciones a sus problemas serán beneficiados por los poderes que tiene este color en las personas, por lo que todo fluirá de una forma más relajada. Este color también es ideal para las personas que trabajen solas y deban ser ellos mismos quienes organicen su propio tiempo.
- En espacios de trabajo donde se necesita mejorar e incentivar constantemente la creatividad de los empleados, no debemos olvidar que existan elementos en color naranja, hará que los empleados trabajen con más energía y motivación y estén más predispuestos a inventar cosas nuevas. Esto es perfecto en una empresa de marketing y diseño.
- Existen trabajos en los que deben estar en constante renovación, aportando ideas nuevas que les hagan ser brillantes en su sector. En este caso pintaremos las paredes de color verde, que incentiva el pensamiento promoviendo la creatividad. Es ideal para una cocina en la que el chef necesite mejorar constantemente sus platos y también en la sala de reuniones de los profesores en un colegio.
- Independientemente de la dedicación de una sala, el color blanco ayudará a que esta parezca más amplia y con mayor luminosidad. Así que si disponemos de un espacio pequeño para trabajar y nos transmite agobio, es perfecto que optemos por la decoración blanca y las paredes muy claras.
- Para aquellos trabajos en los que se deben cumplir determinados tiempos y siempre trabajan bajo mucho estrés es necesario que pinten las paredes y realicen una decoración en tonos naturales como el marrón o el beige, ya que mejoran las situaciones de estrés y el ánimo.
- Para el trabajo en equipo deberemos fomentar las relaciones y la comunicación entre empleados, por lo que una buena opción siempre será pintar las paredes de la oficina de color amarillo, que potenciará la mejora de estas situaciones.
Como vemos, la psicología del color también influye mucho en la determinación que tomemos al pintar o decorar nuestro lugar de trabajo, ya que ello puede potenciar la mejora de las relaciones con los compañeros, el estrés, la creatividad y la relajación, entre otras cosas…¿ya tienes claro de qué color debes pintar tu oficina?