Puede que alguna vez hayas oído eso de que usando un plato pequeño comemos menos, ¿pero has escuchado algo de que el color del plato afecte a las ganas de comer?
Pues sí, el color de la vajilla que utilicemos afecta. Esto lo sabemos gracias a un experimento social que hizo Brian Wansink.
En éste, ofreció a 60 hombres y mujeres un almuerzo de buffet libre en el que daba la posibilidad de comer pasta con salsa Alfredo (esta salsa es de una tonalidad clara) y a la otra mitad pasta con salsa de tomate. La vajilla estaba formada por platos rojos y blancos repartidos al azar.
Así pues, aquellas personas que cogían un plato del mismo color que el de su comida lo rellenaron más que aquellos que tenían el color del plato distinto al de su comida. Además, en aquellas mesas en las que coincidía el color de la vajilla con el del mantel, la gente tendía a no repetir.
Artículo publicado por: Laura Olivares, parte del equipo de illusion Studio.