¿Alguna vez te has preguntado por qué las flores tienen color?
No es que sea una necesidad decorativa, si no que es una cuestión de supervivencia. Los pigmentos nacen en las plantas y producen una gama de colores dependiendo del producto químico que poseen. Por ejemplo, la antocianina es la responsable química de conseguir en los pétalos de las flores los colores rojo, rosa, azul y púrpura.
Así pues, como método para conseguir reproducirse y luchar contra la extinción, consiguen un color vistoso que llame la atención de los animales que les ayudan a la hora de polinizar otras plantas. Está demostrado que algunos insectos como las abejas se sienten más atraídos por patrones ultravioleta o colores brillantes. Así cuando van a por el néctar para comer y se posan en una flor, sus patas quedan adheridas con polen y en cuanto vuelan a la siguiente flor para seguir su recolección dejan parte de éste en ella. Otro ejemplo de colores que llaman la atención son el rojo y el naranja, que en este caso atrae a los colibríes.
Artículo publicado por: Laura olivares, parte del equipo de illusion Studio.
Vía: Konica minolta